Eso fue lo que hice para intentar que mi hija durmiera del tirón ( y yo con ella claro), todo menos Estivill!
Empezaré desde el principio de los tiempos; Amanda hasta los 2 o 3 meses dormía más o menos bien, es decir, como un bebé. Y los bebes no duermen como la gente que no tiene hijos cree, al menos la mayoría.
Pasado el tiempo empezó a dormir mal, así que empezamos a colechar porque era lo más cómodo. Ella mamaba y yo podía seguir durmiendo, pero cuando los despertares empezaron a ser cada hora creí volverme loca.
Me hice asidua de un pequeño foro con otras mamas ojerosas como yo, y empecé a probar todo tipo de cosas para conseguir dormir más horas seguidas, porque por mucho que digan que es normal, también hay bebes en que lo normal no es eso y una no se resigna, al menos yo me negaba a ello.
Hay madres que optan por Estivill o por
Variargil, pero yo no probe nada de esto.
El método Estivill, una copia made in Spain del famoso método Ferber estadounidense de los 60, me parece anticuado y no probado, pero sobretodo me parece un paso más hacia la súperhumanización que más bien parece deshumanización de los individuos.
El Variargil pues en fin, es un antihistamínico que entre sus efectos secundarios están la somnolencia...con eso lo digo todo.
La melatonina, algo intermedio digamos, a pesar de la baja toxicidad que se supone tiene, no me da buenas vibraciones y no me parecía que estuviera suficientemente probado para ver los efectos que provoca.
Para ser objetivos debo decir que recientemente una amiga se lo ha dado a su hijo, que tiene unos 40 meses (más de tres años), por recomendación pediatra (aunque en le da la mitad de la dosis recomendada)pues ya estaba rozando la desesperación, y las últimas noticias eran que funcionaba, no alteraba el carácter del niño ni le causaba ningún problema. Hace tiempo que no le pregunto pero se supone que la idea es, una vez lo ha tomado un tiempo y ha asentado unas pautas de sueño, quitárselo y que mantenga esos hábitos.
Se que ella experimentó el eterno sentimiento que va unido al maternal, la culpabilidad, pero creo que unos padres con criterio y sentido común saben si de verdad su hijo necesita algo así, y sólo ellos deben valorarlo. Yo no he estado en su piel, por suerte Amanda ya duerme (mejor que yo) así que no sé que habría hecho en su lugar.
¿Que más hay?Las infusiones tipo tila, que tampoco probé, pues están totalmente desaconsejadas en niños tan pequeños, aunque parezca absurdo, no se sabe la dosis en la que para un bebe de 4 o 6 kilos puede resultar tóxico pues obviamente, si provoca algún efecto también tiene una cantidad a la que será tóxico.
¿Y que probé? jajaja
Pues como soy de ciencias y me encantan los experimentos el ensayo-error-acierto, pues empecé una gran lista de ellos... Probé a darle un biberón antes de dormir, en lugar de darle leche materna, por eso que dicen de que se llenan más y por eso los bebés de biberón duermen mejor, pero se despertaba igual, y era lógico, porque no sólo buscan alimento, también buscan todo el resto de cosas que implica la lactancia materna, y buscan contacto físico, saber que estamos ahí, sobrevivir como lo hacían nuestros antepasados en cuevas y bosques.
También probé a que se lo diera el padre en medio de la noche, pero daba igual por las mismas razones.
Probé a colechar, y a dejar de colechar, para ver si la distancia hacia el olvido pero no, para los bebés esto no es verdad...y menos mal.
Aunque mi hija ha tomado muy pocos cereales ( y NUNCA en biberón), probé, cuando fue algo más mayor, a darle cereales antes de dormir, de muchas marcas, incluyendo unos que tienen noseque para dormir mejor y otros que tenían cereales integrales para mejorar la digestión, pero como el problema no era hambre, esta no era la solución, es más, en alguna ocasión fue incluso a peor, algo que también ocurrió con la leche de fórmula, porque le daba gases y pesadez, y se pasaba media noche agitando las piernas y revolviendose, mi pobre conejillo de indias.
¿Y lo contrario? Claro, cenas ligeras, pero nada, tampoco funcionó porque entonces se juntaba el hambre con las ganas de comer jajaja así que descarté totalmente el tema de hambre y no hambre.
Ella seguía creciendo, los despertares se espaciaban, había noche más malas y menos malas, pero seguíamos sin dormir más de 4 horas seguidas.
¿Conocéis
kindival? Es un producto homeopatico tranquilizante que no le sirvió de mucho, aunque lo tomó pocas veces porque no me sentía a gusto dándole eso cuando sabía que tarde o temprano pasaría y como tampoco parecía milagroso pues la verdad es que me parecía absurdo darle algo, sentirme mal por darlo, gastarme dinero y que no nos luciera.
¡Hasta probé a bañarla con gel especial buenas noches con noseque relajante! Nada.
Así que tras leer y leer lo que recomendaba el
Dr. Sears y también
Elisabeth Pantley, empecé a analizar la lactancia y decidí ofrecerle más a menudo y darle mucho por el día para que no pidiera tanto por la noche, porque ademas al entrar en la fase en la que empiezan a desplazarse solos, como están ocupados descubriendo el mundo, se les olvida mamar o lo relegan a una segunda plaza, pero por la noche les gusta recuperar el tiempo perdido. Bueno, puedo decir que mejoró algo, pero esto no nos llevó a dormir del tirón y si nos provocó una mayor dependencia de la lactancia, tanto de día como de noche.
El tiempo seguía pasando, yo intentaba que se durmiera sin teta pero ya era muy mayor para ello, tenía sus costumbres, sabía que quería y no era fácil de engañar. El chupete, claro está, lo rechazó pasados los 6 u 8 meses y nunca más lo quiso así que no me servía de ayuda, ella quería el chupete original.
Ya tenía más de 12 meses, pero seguía despertándose 2 o 3 veces por noche, con suerte 1, con mala 4. A veces le ofrecía agua, a veces la aceptaba y otras se rebotaba y era peor; nunca sufrió desvelos, se despertaba, mamaba y se dormía, pero yo empecé a perder esa capacidad para hacer lo mismo y debo decir que no la he recuperado aún.
A los 15 meses decidimos hacer un destete nocturno con el plan padre, haciendo un remix de recomendaciones varias; cuando se despertara sería su padre quien la acunara y le animara a dormirse. En la práctica esto no fue así, a veces la calmaba yo porque no podía verla llorar. No fue fácil pero a la semana dejó de pedir teta de noche y por ende de despertarse...y al fin conseguimos dormir.
Nunca estuvo desatendida, nunca la dejamos llorar sola por supuesto, y tampoco fue de repente; empezamos reduciendo tomas, para asegurar que las recuperaba de día, hasta que lo conseguimos.
No creo que sea el método ideal si se puede recurrir a uno sin llantos, pero fue el único que nos funcionó. Este método puede traer un inconveniente (o ventaja), y es que hay una mayor dependencia diurna en este aspecto, es decir, que creo que las tomas que no hacía de noche, las recuperaba de día, lo que para algunas madres puede resultar fantástico y para otras, como mi caso, un poco agobiante, pero claro, si queremos tener todo lo mejor va a ser un Nenuco.
¿Y que pasa con las rutinas?
Obviamente probé rutinas y si, puede hacer que se preparen mejor para ir a la cama, que vayan sabiendo que ahora viene dormir y que nos ayuden a acostarles antes, pudiera ser, pero no harán que duerman toda la noche e incluso, si les acostamos demasiado pronto, podemos provocar los temidos desvelos nocturnos...y no es agradable que tu hijo este como una lechuga a las 3 de la madrugada.
Con esta edad sigo sin usar rutinas determinadas y claras; no la baño a diario salvo que lo necesite o lo pida, y la hora nunca es exacta. A veces duerme antes, otras después, según el trabajo de papá, pero eso no hace que duerma peor ni mejor, por suerte duerme igual de bien así que no me empeño en rutinas que no nos gustan a ninguna de las dos y que de momento no necesitamos.
Me gusta el colecho.
Hoy, con 34 meses, seguimos durmiendo los tres juntos, y aunque pronto empezaremos a pasarla a su propia cama, o no, de lo que estoy segura es de que el colecho favorece el descanso familiar y siempre hace que mejore. Al final el tiempo pasa y los niños empiezan a dormir, o no, eso las de
la cunita lo sabemos bien, pero poco podremos hacer para conseguir que ocurra antes.
En este camino maternal uno encuentra constantemente gente que cuestiona tus métodos, que pregunta si aun toma teta, si ya duerme en su cama, cuando irá a la guardería...porque aunque estés criando a tu hija como ya criaron nuestros abuelos, bisabuelos...la rara eres tú, y el colecho levanta ampollas, a pesar de que lo práctica mucha más gente de la que lo dice. Que sociedad del sin sentido! Nos parece normal dejar a un bebe sólo en otra habitación y erróneo dormir con él y querer tenerlo cerca, a pesar de ser para lo que la naturaleza nos ha preparado en el camino de la reproducción.
Puede que recuperemos el sueño o la cama, porque terminará pasando, pero la vida cambia para siempre.
Para mí la crianza no termina cuando se va el sol o cuando mi hija duerme, porque ser padres implica guardias de 24h, 365 dias del año, toda la vida.
Este post va dedicado a mis chicas de lacunita, porque sin ellas esos días de ojeras no habrían sido igual. ¡Ánimo en esa crianza del segundo, porque igual que el primero, pasará!