03 mayo 2014

Si, mamá no hay más que una....



No sabía muy bien como titular esta entrada porque no quería caer en el tópico de "madre no hay más que una" pero la realidad es que quizá no es tan tópico aunque algunos estilos de crianza tiendan a que lo parezca.




Ayer de paseo me crucé con una pareja con niño de unos 6 años y niña de 15-18 meses. El padre se despide de forma normal y la niña se queda en brazos de la madre llorando a mares y gritando papáaa, papáaa. El niño le decía "pero si ahora vieneeee no lloressss" pero la niña no encontraba consuelo.
Cuando era #nomadre me habría parecido tierno sin más, no lo habría recordado más allá de 5 minutos, pero ahora me ha resultado muy chocante. Está claro que cada familia es distinta y que no puedo juzgar a una por 10 minutos, no voy a hacerlo, pero siempre que he vivido yo o ayegados esa situación ha sido porque la madre se iba o bien porque se quedaba sin ninguno, porque quedarse en brazos de mamá ya era consuelo. Este mamacentrismo, si lo dejamos florecer, empieza con unos 3- 5 meses, quizá antes, y el inconsciente colectivo lo sabe, por eso surgen recomendaciones a parturientas tipo "cuanto antes a la guardería mejor, porque no lo pasan tan mal" o "en su habitación antes de los dos meses y así no habrá problemas", pero como todo lo que surge del incosnciente colectivo, surge generación tras generación sin que muchos pasen a preguntarse nada al respecto. ¿Cómo que el niño no sufre? Quienes no sufren en todo caso serán los padres. La reproducción humana obliga a que el niño tenga que pasar por una exogestación; si naciera andando como el resto de los mamíferos tendría un tamaño que no haría viable su paso por el canal del parto. Si nuestro canal del paro fuera más grande, es decir como el de homínido antepasados, no podríamos andar como lo hacemos ahora.
La mamitis que llaman algunos continúa según crecen, y mientras son bebés y ganan autonomía, siguen esperiementando esa "ansiedad" por separación, esa mamitis, incluso en presencia del padre. Siempre hay alguien que te sale con lo de la mamitis, especialmente mujeres que han sido madres diría yo, y ante esto hay una respuesta muy corta, fácil de entender y que pone punto y final al tema "¿No va a tener tiitis/abuelitis/primitis/vecinitis/cajeritis....?". He visto a madres violentadas por esto, yo misma, primeriza, alguna vez lo he estado ante mi suegra, temerosa de que pensara cosas raras cuando la niña la rechazaba, pero ahora veo que es una estupidez mayúscula y me resulta tan chocante que la sociedad siga usando el térmico mamitis con esa mezcla de desprecio, reproche y sorna...cuando la realidad es muy fácil de entender porque madre no hay más que una.


Pero ahora ya hemos pasado esa fase de total angustia ante la separación, sin embargo hay muchos detalles cada día que nos dicen lo importante que sigue siendo mamá. Hace poco se "semi"independizó, es decir, ahora tenemos una cama pegada a la nuestra donde duerme "sola", y aunque esto ha venido por decisión propia, cuando se despierta lo primero que hace es preguntar "¿mamá? -¿qué? - aaahh vale".
Me llama poderosamente la atención como preguntan ante cualquier libro o dibujo donde salen niños "¿y dónde está su mamá?" o como ante un dibujo ajeno suelen intentar identificar a la madre, cómo si no pudieran existir unos sin los otros. Me fascina tanto ver como piensan, como aprenden, crecen, identifican o relacionan las cosas, y como pasan de no saber que son idenpendientes, a saberlo pero no querer serlo, a querer serlo pero con mami cerca...¿que vendrá después?

Ya que estó pasará, y dejaremos de ser únicas e importantes e imprescindibles, habrá que disfrutarlos mientras dure ¿no? ¡Felicidades mamás!




2 comentarios:

  1. Feliz día de la madre o deberíamos acaso reformularlo con un "feliz día del todo". Absolutamente de acuerdo en tu post con esa demonización que existe ante los vínculos maternos, aunque por supuesto desde un punto d vista que es el único que tengo : el de hija :) . La vida nos la dan ellas, la vida la damos nosotras, y tener esa "mamitis" creo que es el "pago mínimo" a semejante regalo, el de la vida.

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    1. Una visión intetesante y más viniendo de alguien que sólo es hija, porque no has experimentado el vínculo desde el otro lado y eres capaz de entenderlo, algo que tristemente no ocurre con mucha gente. Bonita reflexión.

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