Con esta receta participamos en el concurso de Zespri y es que, como fans absolutas de los kiwis, no podíamos perdernos el concurso.
En casa siempre hay kiwis, bien clásicos, variedad green, o bien orgánicos o de la variedad gold, depende de la dispinibilidad de ese momento en la tienda, porque los kiwis son una alternativa estupenda para variar en el consumo de frutas, aportando no solo fibra sino tambien gran cantidad de vitamina c, indispensable cuando se acerca otoño e invierno.
El kiwi se puede tomar y ofrecer a los niños de muchas formas: en brocheta de frutas, en ensalada, gelatina, cubierto de chocolate o en un smoothie, pero tambien se puede incorporar a otro tipo de postres como hemos hecho nosotras, modificando el clásico tiramisú para hacer una tarta rica, ligera y dulce con un toque verde muy original, ¿y el resultado? Me ha sorprendido porque no solo combina bien sino que refresca mucho el postre y lo hace muy completo, al aportar vitamina C y fibra del kiwi, hidratos de carbono del azúcar y hojaldre, proteínas de las claras, calcio del queso y grasas tanto del queso como del huevo.
Y sin mas os dejo la receta:
INGREDIENTES:
3-4 kiwis Zespri de cualquier variedad. Nosotras usamos verdes, los green.
3 huevos de gallinas felices
250 g de queso mascarpone
60 g de azucar de caña
Vainilla molida
1 placa de hojaldre
Horneamos la plancha de hojaldre cubriéndola de garbanzos o judías para que no crezca la base. Aunque a mi me gusta mucho el hojaldre por ser muy ligero, otra opción interesante es usar masa
quebrada que es un poco más consistente pero no será muy protagonista de la receta.
Mientras se hornea preparamos el relleno; separamos las yemas y las mezclamos con 35g de azúcar y la vainilla (al gusto) hasta que quede bien integrado. A continuación añadimos el mascarpone y mezclamos bien.
Separados batimos las claras a punto de nieve fuerte con el resto del azúcar. Estarán montadas cuando al dar la vuelta al recipiente no caiga su contenido.
Una vez montadas mezclamos ambas cosas con movimiento envolventes de tal forma que se integren bien los componentes sin bajarse las claras, pues le aportará textura de mousse.
Añadimos la mezcla al recipiente con el hojaldre horneado (debe estar totalmente frío), lo cubrimos con film transparente y lo dejamos enfriar 6-8 o incluso 12 horas para que coja textura compacta.
Para hacer la cobertura de kiwi pelamos los kiwis, que deben estar maduros y blanditos, y con ayuda de un tenedor los aplastamos de tal forma que quede una especie de compota fría no demasiado fina. Si la compota tiene mucho jugo lo ideal sería colarla para que no reblandezca las otras capas, (con ese jugo podríamos hacer un sirope de kiwi al calentarlo con azúcar a fuego lento).
La compota de kiwi se añadiría sobre el rellano de la tarta en el momento de servir, pudiendo decorarse con azúcar glas al gusto aunque a nosotros nos gusta más de forma natural.
Ideal para incorporar el kiwi a la dieta y hacer un postre sano y nutritivo y para que, como siempre, los más pequeños nos ayuden en la cocina.
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